jueves, 22 de abril de 2010

Eyjafjallajokull

... o sea, el volcán islandés que ha traído de cabeza a más de media Europa. Ese de ahí arriba es su nombre que todo el mundo resume como "el volcán islandés" con una falta completa de respeto porque seguro que en Islandia hay más de un volcán y referirse a él sin su nombre propio es ningunearlo. Pues bien, así se ha cabreado, y nos ha tenido bloqueados los cielos durante una semana, días más, días menos. Todo por no hacer un esfuerzo de lectura por una palabra que a nuestros ojos es rara o rarísima y que parece que se nos va enredar la lengua en un nudo sin solución si intentamos pronunciarla. La consecuencia de esa simplificación tan vaga ha sido el cabreo continuo del volcán, que si lo huebieramos llamado por su nombre, seguro que se hubiera conformado con un fumarola discreta y un poco de escoria y de lava lanzada con discreción.

Los canarios no deberíamos jugar con estas cosas y advertir al resto de los habitante del planeta de que deben estar bien avenidos con las fuerzas telúricas. Fuerteventura parece dormida después del castigo de miles de años de erosión, viento y sol. Duerme, yerma. Pero en La Palma hace tres días (1971) en la longevidad de la tierra, que el Teneguía eructó y un poco antes (1949) Hoyo Negro y compañía. Lanzarote, antes de 1730 era de otra forma, pero después de seis años de erupciones en Timanfaya, quedó, poco más o menos, como la conocemos hoy , quitando claro está, las aportaciones humanas a su paisaje.

A mi, que no he tenido que pasar ninguna noche en el aeropuerto, me hace una gracia tremenda que un volcán con un nombre tan bonito, en un país del que nadie se acuerda sino para poner de ejemplo su bancarrota, haya dejado colapsada a Europa, sin causar más desastre que el económico. Nada que ver con la furia desatada del Vesubio, que dejó hechos piedra a las gentes de Pompeya, Herculano, etc.

La moraleja que saco de todo esto es que hay que evitar eufemismos, elipsis y diplomacias y llamar a las cosas por su nombre.

2 comentarios:

Riforfo Rex dijo...

Comoquieraquesellame.

Juanjo Rodríguez dijo...

Sí, usted ríase del Eyjafjallajokull y siga sin llamarlo por su nombre, que como se compinche con el Teide...