domingo, 27 de septiembre de 2020

Bougainvilla Spectabilis

 


Bougainvilla Spectabilies, poema de Nieves Delgado.


Música: Music produced by Jason Shaw on AudionautiX

Canción (song):Hark The Herald Angel

A la hartanza de mí

Frente a hartura o hartazgo, prefiero hartanza, que al parecer no existe. Y la prefiero (y doy la explicación aunque no me siento con la obligación de darla) porque las otras dos palabras están hechas ya, y rehechas, bizcochadas y casi quemadas de hornearlas en cocinas ajenas.

Esa hartanza que siento es la del tonto del espejo. Ese tipo, tan formal y tan estúpido al que se le va la vida acumulando un currículum que no mira ni Cristo. A qué preocuparse uno de ir vestido de primera comunión si se es (está palmariamente comprobado) TRANSPARENTE. Pero acaso, me pregunto, ¿no es ese tu sueño, melón? Debe ser que no, que aunque repita el salmo, no lo creo, y espero hacerme visible aunque sea parcialmente, una oreja nada más, o por el tiempo de un relámpago. ¡Qué mierda,no?

Y sigo leyendo, no sé para qué. Yo creo que leo con la esperanza del buscador de oro, que imagina filones, pero en el fondo sabe que con suerte encontrará como mucho unas pepitas. Y sí, de vez en cuando aparecen, pero a costa de un trabajo de chinos, una cosa de estar tirado horas en un sofá pasando páginas con esperanza languideciente. ¿Es esto vida? Y me pregunto más, ¿estamos al final del camino?

No, no estamos al final ni al principio de nada. Es sólo la astenia primaveral, el retorno al trabajo, y por sobre todo (qué me gusta este por sobre todo) el abrumador peso de los titulares de los periódicos. Causas tácticas todas ellas de mi flojera, muy personales, muy circunstanciales y no es que esté diciendo que redacten en exclusiva para mí los titulares de los periódicos, sino que yo me los tomo como lo que no son, augurios del fin del mundo. Son los prosaicos intentos de pobres humanos que sobreviven intentando llamar la atención de otros pobres humanos. Apelan a la catástrofe, y no es que la catástrofe no existiera ayer y haya nacido esta mañana, sino que viene siendo de siempre y aquí estamos, tapándonos cada día los oídos y apretando los dientes ante la explosión, cuando esto es un incendio, y ese olor a carne quemada es de mis pies, que llevan al fuego desde siempre.

viernes, 18 de septiembre de 2020

martes, 8 de septiembre de 2020

Vicios habituales

 


 

 

Vicios habituales , poema de Juan José Rodríguez.


Música: canción November de https//www.bensound.com

martes, 1 de septiembre de 2020

Lo que fue presente (Diarios 1985-2006) de Héctor Abad Faciolince

Ahora alterno la lectura de estos dos libros gruesos: Trilogía de la memoria, de Sergio Pitol y Lo que fue presente (Diarios 1985-2006) de Héctor Abad Faciolince. Hago el juego de avanzar unas páginas con uno y perseguirlo con el otro, aunque son totalmente distintos. Los disfruto a cada uno tal cual es, según su especie.

 

 Los diarios de Faciolince no deberían gustarme tanto porque no tiene apenas ornamento literario y porque las relaciones de pareja tienen demasiada importancia en ellos y en la vida del autor. Además, son relaciones muy turbulentas para mi gusto (todas lo son y sólo Héctor así de descarnadamente lo cuenta). Lo que me ha sucedido con su lectura es que, al margen de estos mis prejuicios,  una vez emprendida, continúa sin que sienta ningún agotamiento. Como los diarios se prolongan desde 1985 hasta 2006 se aprecia la evolución del personaje Héctor Abad Faciolince. En los primeros años la ansiedad, las dudas sobre sí mismo, sus capacidades y sobre sus sentimientos son una constante. La muerte de su hermana y el asesinato de su padre acrecientan el torbellino de sentimientos, miedos e inquietudes que nos transmite el texto. Poco a poco el personaje va encontrando su camino en la vida, la literatura. El éxito supone dedicarse a la literatura y llegar a que otros disfruten leyéndolo sin traicionarse a sí mismo en contenidos y estilos. ¿Se plantean varias preguntas? ¿Este paulatino camino de asentamiento en sí mismo es real o viene provocado por un decreciente intimismo en los diarios, cierta consciencia de que acabarán siendo leídos? Puedo responder a esta pregunta con lo que yo pienso, pero además de destripar (curiosamente, sobre esta palabra concreta hay un  análisis en el libro) los diarios en alguna medida, no tendría la menor importancia. La importancia, en todo caso, es lo que piense cada lector.

Sí me parece indudable que con los años la angustia va siendo domada. La inteligencia del autor está fuera de toda duda y la inteligencia, así pienso, va siempre ligada al humor, pero hasta la página 377 que se corresponde en esta edición con abril de 1997, no llega mi primera carcajada. Hasta esa fecha sólo recuerdo haber leído en un contexto de tensión.

Moraleja 1: el tiempo pasa y nos vamos haciendo viejos. 

Moraleja 2: habrá que leer El olvido que seremos.