miércoles, 25 de marzo de 2020

Las moscas, poema de Domingo López Torres

Poema: Las moscas, de Domingo López Torres.

Enlace al artículo de Wikipedia sobre Domingo López Torres, asesinado en 1937 después de ser recluido en Fyffes  

Domingo López Torres, (1990). Obra selecta. Viceconsejería de Cultura y Deportes. Gobiernos de Canarias.


Musica: canción OfeliasDream de https//www.bensound.com

lunes, 23 de marzo de 2020

Participación, poema de Antonio Cabrera

Poema: Participación, de Antonio Cabrera

Antonio Cabrera. Montaña al sudoeste (Antología poética). Sevilla. Ed. Renacimiento.


Musica: canción Tomorrow de https//www.bensound.com

sábado, 21 de marzo de 2020

Rewind de Juan Tallón

He leído, por orden en el tiempo, cuatro artefactos literarios de Juan Tallón: Fin de poema, Mientras haya bares, El váter de Onetti y Rewind.
El primero fue un deslumbramiento, un descubrimiento. No sé si Riforfo, quien ilumina mi camino, me habló de él, o lo hojeé por casualidad en la librería Sinopsis, y me lo llevé, más que a casa, a una terraza aledaña donde empecé a darle los primeros bocados. Mi memoria no es muy buena pero tengo en la cabeza estos últimos detalles.
Si nos ponemos rigurosos con es significado de la palabra artefacto diremos que es una máquina o aparato pero también una perturbación o distorsión en la apreciación de un fenómeno. Eso son los textos de Juan Tallón, aparatos literarios y distorsiones de la realidad. Yo espero de los libros que incorporen los defectos de visión de quienes los escriben, esa manera peculiar de filtrar con palabras la realidad inventada o basada en hechos que se suponen sucedidos. No es una aberración sino una alta cumbre a la que no todos llegan.


¿El váter de Onetti es una novela? ¿Rewind es una novela?
Son artefactos literarios que merece la pena leer.  A mí me da la impresión de que a Juan Tallón no le queda otra opción que darle una forma más o menos convencional (novela) a lo que escribe, pero que si por él fuera, escribiría con más amplia libertad. Como lector estas clasificaciones de género se me dan una higa.
Rewind, siendo una sucesión de voces de distintos personajes sobre los mismos hechos, me parece más fácil de clasificar en lo que comúnmente llamamos novela que El váter de Onetti. Ambos libros se merecen una lectura porque Tallón alumbra textos que son una delicia, pero si tuviera que elegir, preferiría El váter porque siendo menos correcta (en el sentido de bien hecha) tiene unas imperfecciones adorables, como esa verruguita de la persona que amamos. Y soy consciente de que no estoy diciendo nada, que han leído tres párrafos y no han sacado nada en claro. Así es.

miércoles, 18 de marzo de 2020

Poema Para que yo me llame Ángel González, de Ángel González



Poema: Para que yo me llame Ángel González, de Ángel González

Ángel González, (2008). La primavera avanza. Madrid. Visor libros.


Musica: canción Birth of a hero de https//www.bensound.com

lunes, 16 de marzo de 2020


Dejar pasar varios días desde que acabo la lectura de un libro hasta que redacto unas líneas sobre las sensaciones que me ha dejado o las reacciones que me ha provocado acaba introduciendo en ellas un algo de fabulación y un, me temo, bastante de imprecisión. Así que mi falta de memoria y mi pereza para colmar las lagunas con datos fiables acaba generando un metatexto al amparo del original. Todo esto para prevenirles: no se fíen de las palabras que continúan, puede que no tengan mucho que ver con lo que escribió Malcolm Lowry.


La primera carta que contiene este librito está dirigida a su editor para convencerlo de publicar Bajo el volcán. Es un texto de una extensión considerable y se estructura como comentario al informe de un lector profesional, el segundo, que muestra, según se deduce de las palabras de Lowry, muchas dudas sobre la conveniencia de publicar la novela, al menos, tal como fue entregada.
Los intentos de Lowry por explicar detalles de su exhaustivo trabajo (la reescribió varias veces durante años y en una ocasión llegó a perder completamente el manuscrito) me provocaron un fuerte sentimiento de piedad. Peor aún es leer cómo defiende la novela, según se deduce del texto, de intentos por acortar capítulos o suprimirlos. Todo suena, aunque Lowry nunca usa esa palabra, a propuestas de mutilación de las que se deduce que se pretende obtener el beneplácito del autor. Nunca es así, Lowry defiende, en un difícil equilibrio de poderes donde parece representar el papel más débil, cada palabra, cada línea y cada párrafo. En esa defensa explica detalladamente aspectos de la novela que, desde mi perspectiva, revelan su concepción como un sistema intrincado de símbolos en una estructura compleja. Me parece muy difícil que un lector común, ni siquiera ese segundo lector profesional (hubo un primer lector que se nombra lateralmente y del que se deduce que fue mucho más indulgente), alcance a vislumbrar tal complejidad.
La novela, tras la lectura de esta carta, parece una especie de criatura, quizá con algo de monstruo frankesteínico por cuanto se alza sobre el autor con una vida propia de interpretaciones múltiples. Lowry comenta las relaciones de la novela con textos clásicos y el papel metafórico de personas, cosas y animales. Conforme avanza la carta creo percibir por la amplitud y la belleza de sus explicaciones un crecimiento de la autoconfianza del autor, como si, al tener que organizar su pensamiento y su trabajo con la novela para ponerlo por escrito, se fuera percatando él mismo de las implicaciones y los méritos de la obra.

Podemos leer:
El hombre muerto con el sombrero sobre el rostro que ve el Cónsul en el jardín es el hombre que se encuentra al lado de la carretera en el capítulo VIII. Esto puede ocurrir realmente en un delirium tremens superior. Paracelso me daría la razón.

Y:
Y su deseo de ser compositor o músico es el deseo innato de Todos-los-hombres de ser de algún modo poetas, mientras que su deseo de ser aceptado en el mar representa el deseo consciente o inconsciente de Todos-los-hombres de formar parte -aunque esta no exista- de la comunidad humana. Hugh se nos revela como una persona frustrada cuya frustración puede ser semejante a de un ebrio como el Cónsul, quien se siente frustrado como poeta (¿y quién no? [...]
Y a todas estas sabemos que la obra de Malcolm Lowry incluye poesía. Hasta donde sé únicamente disponible en versiones originales, descatalogadas y por tanto en el mercado de segunda mano. Y todo esto porque leyendo esta carta se alimenta la curiosidad sobre la poesía de Lowry.

Aquí acaba mi comentario puesto que la segunda carta está dirigida a su abogado y no tiene, al menos para mí, interés literario relevante.


miércoles, 11 de marzo de 2020

Instantáneas

Trieste podría ser la capital de un país ficticio. Limitaría al norte, al este y al oeste con la memoria de las culturas que nos conforman. Tendría por cónsul honorario a Claudio Magris. Un cónsul sin disciplinas laborales, ajeno a burocracias, al alcance del pueblo, en continuo y atento paseo por la urbe, abordable por ciudadanos que se dirigirían a él como maestro explicándole en qué medida han encontrado en la vida cotidiana un pequeño inconveniente que con tal o cual medida se pudiera resolver. Podría ser Trieste entonces una ciudad también con un foro activo, entre piedras viejas, con ciudadanos nuevos que con su propia voz, sin intermediarios, ejercieran en sus fuerzas la retórica, defendiendo su postura con palabras. En ese país imaginario Claudio Magris sería el honorable ciudadano que acumularía la cultura, la historia y el sosiego de Trieste. A caballo entre Viena y Roma y a la orilla del que siempre será nuestro mar, se haya nacido a la orilla de otro mar u océano que fuera, las  escenas cotidianas de la ciudad van sugiriendo historias a Claudio Magris que tienen que ver con él mismo, es decir, con los triestinos, es decir, con nosotros.