El nacionalismo, el
localismo, el calor que produce lo próximo o la mirada con las gafas
de cerca hacen que los gentilicios como canario basten a
muchos para dar valor al sustantivo que acompañan. Es preferible que
el gentilicio sea innecesario.
Esta reflexión la tuve
por primera vez en el Museo Néstor. Sus bocetos en tiza y pastel
sobre papel de estraza me impresionaron tanto como su óleo más
elaborado. Néstor es de esos artistas que, como el Rey Midas con el
oro, convirtió en arte lo que tocaron sus manos. El artista y el
arte mantuvieron siempre un diálogo natural de compañeros
inseparables. Por supuesto, el que naciera en estas islas determinó,
como no podría ser de otra forma, de qué manera y en qué temas se
materializaría su arte. Al margen de esta cuestión accidental,
nadie, haya nacido en Tunte o Pekín, permanecerá indiferente al
contemplar El amanecer.
En mi opinión, Pedro
Flores es de esos autores cuya voz no necesita gentilicios.
Cualquiera que lea poesía en la lengua que nos une encontrará en él
un tesoro.
Vicente Gallego ha
seleccionado sesenta y tres poemas de la obra completa de Pedro
Flores para publicarla en esta antología, Salir Rana, con le
editorial Renacimiento. Pedro dice, con el humor que le caracteriza,
que los poemas son suyos, pero que el libro es de Vicente Gallego.
En el prólogo, el
antologista nos explica cómo conoció al poeta, oculto tras la plica
de un premio de poesía. Conjeturó entonces, por ciertos giros del
lenguaje, que se trataba de un autor latinoamericano. Quedó
sorprendido al descubrir que Pedro estaba mucho más cerca
físicamente. Pronto surgió la pregunta de cómo era posible que
hasta la fecha le resultara totalmente desconocido, no sólo a él,
sino a todo el círculo de poetas que frecuenta. La respuesta de
Vicente Gallego es que Pedro no había tenido la fortuna de ser
publicado por editoriales nacionales.
Quizá desde Canarias el
acceso a estas editoriales sea aún algo más difícil. Para colmo,
Pedro Flores no frecuenta ni usa los medios tecnológicos que ayudan
a paliarlo. Él mismo se define, en este sentido, “como un hombre
de la Edad de Piedra”.
Confío en la visibilidad
que la editorial Renacimiento otorgará al escritor. Espero que a
partir de ahora, la poesía de Pedro no sea el privilegio de unos
pocos, sino el derecho de todos.
3 comentarios:
Me encanta. Firmo cada palabra. El lugar en el que naces-vives marca tu escritura, cierto, pero yo tampoco creo que un gentilicio deba limitar ni la escritura ni la difusión de la obra. Nunca se sabe dónde podemos tener un maravilloso encuentro con una obra.
Estupenda reseña.
Totalmente de acuerdo.
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