jueves, 7 de octubre de 2010

Calumniótica

La poesía es una cosa calumniótica.
En cuanto te despistas te malretrata.
Te desamorfa y te deja a expensas de tus enemigos.
Luego te arrepientes.
Quisieras desmadejar el tiempo
hacia atrás hasta jamás haberlo dicho, pero ya nada se puede hacer.
Has quedado retratado en ámbar.
El ámbar color del tiempo pretérito: has quedado
atrapado como un insecto de otro tiempo.

No es infrecuente el dolor de tripa después de haber escrito un poema.
Mi médico de cabecera me pregunta cuando voy a su consulta con dolor de tripa:
“¿No habrá usted escrito un poema?¿Y ahora qué quiere?
A usted le dolerán las tripas y a los demás los oídos: Buscapina cada cinco horas y a esperar. Agárrese el lápiz. Tírelo a la basura.
Úselo sólo para la lista de la compra.”

Atesora una sabiduría transgeneracional este doctor jubilable pero no prescindible.
Acaba siempre mandándome a correr a la avenida,
por no mandarme a la mierda.

1 comentario:

Riforfo Rex dijo...

verinsu verinsu
es la palabra clave
que debo escribir para hacerte llegar
este comentario
oh, verinsu.

(sudamos poesía, sangramos poesía, meamos y excretamos poesía hasta llenar el mundo)